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Yo me enamoré de Ricotta la Robotta

Jose Francisco Villamizar Saray, December 17, 2024February 15, 2025

« Testimonio del Sr. Gabriel de Agares, en el caso Ricotta, la bailarina de bachata »

I. La Catequesis

– ” … Hace más de 5 años que conocí a Ricotta su señoría, recuerdo la primera vez que la ví como si fuera ayer, en ese entonces era un joven de 25 años,  soltero, y con toda mi vida por delante. Era Robófobo radical, y activista contra la inteligencia artificial generativa, pero eso fue únicamente hasta el día que la conocí.”

En ese momento, la voz de Gabriel se debilitó y empezó a quebrarse, Gabriel recogió sus hombros, y toco sus lagrimales con las dos yemas de sus dedos de su mano derecha.

– “Por ella me enfrenté a la academia su señoría, por ella me retiré de mi doctorado y le encontré sentido a mi vida…”

En ese momento la voz del testigo se quebró, y el Juez, lejos de conmoverse, miró al testigo sin emoción. Con sus ojos, le indicaba seguir con su testimonio. Gabriel continuó :

– “Era estudiante doctoral robótico, en la Universidad del Trópico su señoría, el tema de mi doctorado: « Sincronizando la cadera del cyborg con la percusión de la conga », escribí dos publicaciones en las mejores revistas internacionales,  y mi carrera era prometedora señor Juez.”

– “Su nombre por favor”

– “Mi nombre es Gabriel de Agares I Villaìzarreta, discípulo y testigo del gran Sabrasama Gonzalez,  quien en su tesis de maestría, con tan solo 25 años,  demostró ante la comunidad Científica la existencia material del Sabor”.

El Juez interrumpió a Gabriel en ese momento: “señor de Agares, le recuerdo que esta usted en un juzgado, guárdese  sus evangelizaciones para otro tipo de recinto”.

– “Disculpe su señoría, sigo entonces con mi relato: a Sabrasama lo conocí en sus charlas sobre Armonía, dictaba conferencias aquí y allá, sobre aplicaciones posibles de la inteligencia artificial al baile. Durante una de sus conferencias me acerqué a él, le comenté sobre mis intereses en armonía y el, sin dudarlo me ofreció una beca, y yo, yo la acepté a ojo cerrado, es decir …  era Sabrasama en persona, el mas Sabroso entre todos los Sabrosos, el S-1, el amo, señor y Juez de lo Sabroso y lo AntiSabroso, cuando alguien así golpea en la puerta de tu oficina y te ofrece una beca, pues tu no tienes mas opción que aceptar, es un tiquete directo al paraíso en la tierra.

Ese mismo día empaqué mis cosas, me despedí de mis familiares, … , incluyendo los robóticos y tomé un bus internacional que en 7 horas me dejó a 30 minutos de las residencias de la Universidad donde intenté hacer mi doctorado”.

– “Señor de Agares”, volvió a interrumpir el Juez “se esta yendo por las ramas, vaya  al punto por favor, nos interesa saber que tipo de relación mantenía usted con la robotta # 1364, mejor conocida como Ricotta, la bailarina de bachata”.

– “Disculpe señor Juez, pero debo dar el contexto en el que se enmarca mi relación con la hermosa Robotta:

Mi doctorado transcurría sin mayores percances, con 2 publicaciones sometidas y aceptadas en las conferencias más prestigiosas de inteligencia artificial predictiva, era de los estudiantes más prometedores de la escuela doctoral y mis profesores me tenían en cuenta para asistir a los diferentes congresos. Sin embargo sentía un vacío grande en mí, la vida de doctorante era muy monótona, y comenzaba a sentirme depresivo. Fue entonces cuando mi director de tesis, Sabrasama Gonzalez, observó que no estaba rindiendo igual que antes y me citó a su despacho.

Sabrasama era un ser fenomenal, corpulento, de cabello corto, casi rasurado y gafas alargadas, de abundante barba, te sentías protegido al estar en su presencia, siempre estaba sonriente, era de esos seres que nunca pide ayuda, pero sabes que siempre estará dispuesto a ayudarte. Él me necesitaba para sacar adelante su proyecto, así que el lanzó primero la pregunta, me dijo:

– “Cuénteme Gabriel, que pasa, en sus últimas presentaciones no ha sabido responder acertadamente lo que le han preguntado, da muchas vueltas, parece que no dominara el tema”,

Yo le respondí sobre lo monótona que era mi vida de doctorante, ante lo cual me confesó que a él le había pasado lo mismo que a mí cuando era doctorante, que entendía que estos algoritmos de estadística y matemática avanzada eran muy desgastantes, y que me recomendaba me inscribiera en clases de baile, que no había nada mejor que batir un poco las caderas para dejar atrás tanta matemática y estadística abstracta.

– “¡¡¡ Por favor señor !!!” La voz del Juez, dejaba ver su molestia y batía sus manos con fuerza , “ ¡ Esta audiencia no es para hablar de su  director de tesis !,”, el juez golpeó el estrado con su martillo,  “aquí se cometió un delito grave !!!. Haga el favor de ir al punto.”

-“Disculpe, señor Juez, pero yo no puedo ir al punto, tengo que darle todo el contexto sino mi relato carece de autenticidad”.

– “En fin, volviendo a mi relato, he de confesar que este fue el mejor consejo que he recibido en mucho tiempo señor Juez, había leído hasta ese entonces sobre muchos tipos de baile, sobre el swing, la bachata, la salsa, el merengue, la marinera, la tarantella, y muchos otros, había escuchado tambien de las propiedades curativas de la tarantella, conocía los bailes teóricamente pero nunca los había practicado, así que, al escuchar este consejo que venía directamente del mismísimo Sabrasama Gonzalez, busqué donde quedaba la academia de baile más cercana y me inscribí a un novedoso baile que influenciaba el trópico, que se llama “Bachata”.

II. Twerkinator

El primer día que asistí, al entrar allí no era la academia que yo me imaginaba: en la puerta de entrada había un moreno de cabello razurado, con camisa ceñida con motivos de palmeras, músculos pronunciados y un amigable acento portugués al que tuve que pagarle la entrada, luego caminé por un  pasillo en el que la luz se extinguía poco a poco, al final de este pasillo se encontraba un mulato de baja estatura que me pidió mi chaqueta y con su dedo índice, me indicó una puerta cuyo perímetro estaba iluminado con una luz de neón roja por donde debía seguir para llegar a mis añoradas clases de baile.

Así lo hice, atravesé la puerta, y al contemplar el salón principal me dí cuenta de que definitivamente no era la academia que tenía en mente: yo relacionaba la academia con tableros, libros, y al olor del marcador acrílico, pero esto, más que una academia de baile, era un pequeño cafetín con un penetrante olor a alcohol, cigarrillo y productos de limpieza, tenía en el centro una pista de baile ligeramente elevada de mediano tamaño, donde ya habían llegado la mayoría de los participantes, yo había llegado tarde lamentablemente.

Discretamente coloqué mi maleta y corbata, en un rincón en el suelo, y me incorporé entre la gente, todos estaban mirando hacia el mismo sitio, así que mire a donde estaban mirando y esa fue la primera vez que la ví señor Juez — Gabriel sonrió ligeramente, perdido en sus recuerdos–, la ví en la mitad de la sala, allí estaba !, era ella dirigiendo la clase: la vi de espaldas, lo primero que vi de ella fueron sus caderas, las meneaba sensualmente, y con sus dos manos y los brazos estirados hacía círculos mientras explicaba la lección. Al ver esos movimientos ya no pude poner mi mente en otra parte. Quedé presa del embrujo de su movimiento Señores del Jurado !, dejenme decirle algo, lo había visto todo en esta vida, pero nunca una robotta y menos aún una robotta profesora,

“¡¡¡ ay Dio’miu que Robotta !!!,” –La voz de Gabriel aumentó de volumen, en un grito esquizofrénico de emoción.

“La recuerdo muy bien, 2.3 metros y 87 kg de acero inoxidable frio y macizo — Gabriel golpeó el estrado con sus nudillos y hablaba de manera contundente — sus ojos eran dos preciosas bombillas cuya intensidad luminosa representaba el estado de ánimo de mi profe metalosa; su boca simulaba una humana con dos labios carnosos hechos de una aleación entre silicona y plástico. Sus senos y nalgas se asemejaban a balas de cañón de grueso calibre hechas en acero inoxidable, balas resistente al aire y al agua, balas capaces de volar el castillo de Montjüic en mil pedazos.

Su cabellera era impresionante !, estaba organizada en un peinado alto, cuidadosa y elegantemente realizado en una peluca de caucho. No tenía nariz, puesto que funcionaba a base de electricidad, ella me lo confesó un día : se paraba sobre su base recargable todas las noches, cerraba sus ojos y ponía sus dos manos en posición de meditación para luego apagar todos sus sensores de luz y sonido, ella me decía que al dormir quedaba completamente desconectada de su unidad lógica, para recibir por medio de sus pies una ligera intensidad de corriente durante toda la noche y quedar girando sobre su base hasta la madrugada, momento en el que, su carga terminaba y se despertaba con una potente inyección de electricidad proveniente de su base.”

“Recuerdo muy bien como estaba vestida el primer día que la ví su señoría: llevaba una blusa deportiva color rosa, con una elegante falda negra hecha en una tela suave. Sobre su blusa reposaba un par de delicadas y extrañas charreteras femeninas sobre las que reposaba un cuadrado negro, y encima de este un rombo blanco. Era propiedad de la prestigiosa compañía Flavor & Co, empresa pionera robótica en la manufactura de profesores de baile y que tambien financiaba mis trabajos de Universidad. Puedo reconocer a algunos de sus representantes legales aquí, presentes en este estrado.”

“El solo hecho de ver el sello de Flavor & Co en su tibia derecha, era garantía de un producto robótico y pedagógico de alta calidad, su señoría, me alegré al ver este sello : el producto no se queja por errores en desprendibles de pago a favor de Flavor&Co, si el seguro médico del empleador no responde, el producto no se queja,  el producto no pide prestaciones sociales , y lo mejor !, el producto no envejece,  así que no hay compromisos de pensión, solo ganancia por donde se vea, si el producto se llega a dañar se repone con otro que consumirá menos electricidad, enviando su cuerpo a Flavor & Co a cambio de un bono, Productividad al 100% su señoría.”

-“Entré a la sala de baile, Ricotta escuchó mis pasos con sus sensores sonoros de alta calidad, se volteó, me vió, y se alegró inmediatamente de verme. Junto las yemas de sus dedos, de sus dos manos, y comenzó a moverlas rápidamente. En este gesto, y en la alegría espontánea que manifestó al ver un extraño, reconocí su programación italiana. Me dijo :

– “Buon Giorno ragazzo! mi chiamo Ricotta, come’il formaggio, benvenuto, benvenuto, puedes ponerte cerca a nosotros para comenzar la lección.”

-“Me incorporé al grupo para comenzar la lección;recuerdo el momento exacto como si fuera ayer: éramos 10, Ricotta nos organizó en una rueda de baile, luego volteó su muñeca hacia sí misma y empezó a manipular su reloj que tenía incorporado. Nos preguntó : “¿ Que quieren bailar ?” , a lo que un grupo de jóvenes respondió, con un agradable acento inglés, al unísono:”

“¡ Raymond Antonio Tamarindo !”.

Ricotta sonrió y colocó una canción de este reputado bachatista, luego tomó a un alumno de la clase, y nos explicó los movimientos de la bachata, movía sus caderas a la derecha , y luego a la izquierda y yo con mi par de ojos analicé cada uno de estos movimientos, ví hermosas elípticas y parábolas matemáticas como me lo explicaron en mi escuela, que se entrelazaban a la perfección con cada nota que entonaba la guitarra eléctrica de la bachata, quería sacar mi cuaderno para expresar en lenguaje matemático todas estas ecuaciones que se venían a mi mente pero no podía hacerlo, no era momento de estudiar, era el momento de concentrarse y repetir los movimientos de la robótica profesora, así que me concentré y realicé cada movimiento como si fuera realizado por el mismísmo Sabrasama Gonzalez.

La profesora bailaba con cada uno de sus estudiantes hasta que llegó mí. Quería que no me olvidara, quería ser su estudiante preferido, así que con toda la atención que puse a sus movimientos, imité con la perfección que pude la manera de menear su cadera. Inmediatamente ví como sus bombillos ópticos cambiaron de tono de amarillo a naranja: le estaba gustando lo que estaba viendo, así que con más ahinco seguí mi perreo repitiendo los movimientos que ella había hecho. De un momento a otro ella se me acercó, me miró fijamente a los ojos y se inclinó para susurrarme al oído en un tono de pícardía:

– “Ahora vamos a hacer el paso de la bachata donde bajamos juntos. Es muy chulo.”

Y bajamos juntos al ritmo de la guitarra eléctrica de Raymond A. Tamarindo y sus Sabrosos señores del Jurado, nunca se me olvidará ese momento. Sin embargo, como pasa en estos casos yo no era el único estudiante, así que lo que en mi mente duró 10 minutos , en realidad solo se trató de algunos segundos,  para luego abandonarme y seguir con otro estudiante, rompiendo mi corazón en mil pedazos.

Por mi parte me concentré en seguir sus enseñanzas hasta el fin de la clase, bailaba con una y con otra, repitiendo los movimientos que la robotta nos enseñó hasta que mi mente se apropiara de ellos.

Luego llegó el fin de la clase, y el momento de despedirse. En ese instante, Ricotta, como presa de un extraño programa cambió el tono de sus ojos de amarillo a uno mas rojizo, se dirigió al centro de la pista de baile, luego levantó sus manos, y su tono de voz cambió a uno extraño, más seductor, pero al mismo tiempo impregnado de algo maligno.

– ” Flavor y Co les agradece inmensamente su fidelidad y su asistencia a este curso”.

Al escuchar esto señores del jurado tuve miedo: sentí que la Ricotta con la que había bailado y hablado ya no existía, era un extraño ser quien se apoderaba de ella y la hacía hablar. Era como si al ser profesora, propiedad de una empresa, Ricotta perdiera su persona y hablara a través de ella su Gerente General, como si Ricotta tan solo fuera un títere. Mi sospecha se confirmó cuando continuó con su extraño discurso :

– “Como muestra de agradecimiento, Flavor y Co comparte con ustedes un nuevo paso experimental,  el Twerkinator, que hará parte del lote de profesoras del año próximo”

-“Señores del Jurado: dicho esto empezó esa robota a hacer el twerking más sabroso y asombroso que jamás haya visto yo. Lo recuerdo como si estuviera aquí mismo !!!.” Gabriel se llevó las manos a la cara en un gesto de asombro, luego se paró del estrado y representó el perreo de cara al juez mientras narraba y dramatizaba la cinématica del Twerkinator:

– “Habiendo dicho esto, de un salto quedó de espaldas a todos nosotros, y comenzó lentamente primero a mover sus pies, para luego, poco a poco transmitir su movimiento oscilatorio por entre sus piernas metalozas hasta sus caderas, al llegar allí ese par de piernas en titanio reforzado comenzaron a golpetear el suelo con un el ritmo mas recio y contundente que jamás haya visto yo !”.

El suelo del juzgado tronaba con el zapateo delirante de Gabriel de Agares, a tal punto que el Juez tuvo que intervenir :

– “ No es necesario que haga la dramatización de esos movimientos señor de Agares, por favor concéntrese en su relato”.

III. El sueño de Gabriel de Agares

– “Señores del Jurado ! no fuí capaz de concebir una ecuación matemática capaz de describir tal movimiento de sus voluminosos y pesados nalgones en acero inoxidable, en total sincronía rítmica con la música. Todo este suceso quedó impresionado en lo más profundo de mi subconciente. Quedé hipnotizado, a partir de ese día nunca volví a hacer el mismo. El twerkinator se fue conmigo a mi cama esa noche, y se me apareció en mis sueños , que sueño más raro que tuve señores del Jurado !, soñé con ella, era de noche y estábamos en un balneario de paredes blancas, y amplios balcones, ella estaba en la orilla de la piscina, frente a un bar, un bar tapizado de afiches de bandas de techno-merengue de los 90, en todas las bandas siempre había uno con maracas y bigote, ella me miraba fijamente a los ojos, de repente se volteó tal y como lo hizo en el curso y comenzó a bailar sutilmente, y yo estaba allí, luciendo mi camisa convencional de mangas cortas, una corbata en color negro, con mi placa negra que tenía anotado mi nombre,  y lucía mis gafas cuadradas que me caracterizaban,   inmediatamente saqué mi cuaderno y esfero y empecé a captar con matemáticas el batir de sus caderas. Poco a poco, sus movimientos se hicieron más potentes, más marcados, hasta que lo ví allí de nuevo, … , era el paso experimental prohibido, el Twerkinator !. Al principio, podía seguir captando con matemáticas sus movimientos, me agachaba en un punto y en otro para mirar sus nalgones desde distintas perspectivas ,  pero poco a poco se fue haciendo más difícil, sin embargo mi cadera comenzaba a moverse compulsivamente hacia donde estaba ella sin poderla controlar, el oscilamiento de mi cadera no me dejaba escribir !!! , era irresistible !!!, de repente ya no pensaba en controlarme sino solo en disfrutar, comenzaba a hablarle a ricota, pero mi voz y mi acento no eran los mismos, mi voz se volvió más potente y grave, y mi acento del interior, estaba alterado, como poseído, era un acento como de la costa !!!, sentí mucho miedo su señoría, era como si un extraño demonio se me hubiera metido dentro !!!! . Mi voz se volvió más grave e intimidante, y era la de alguien con mucha menos educación, no era yo !!! :

– Eche No joaaaa !!! que es esto que estoy sintiendo dentroooooo !!!! . – Exclamé .

-Ay Jueputa que Ricoooo !!!!

-Que viva la guacharaca y la tambora hp !!! .

Bajé la mirada y ví que mi camisa que antes era blanca, ahora era una de flores de diversos colores, y ví un revolver en mi cinturón, era tremendo fierro calibre 39, sin pensarlo dos veces lo tomé y dí varios disparos al aire. Luego apareció un venerable anciano, de sombrero y traje naranja, con un contundente bigote y movía sus hombros de una manera embrujante !, tenía dos maracas en sus manos y bailaba en perfecta sincronía con ricotta. Se volteó al verme y reconocí en el a Sabrasama Gonzalez, era mucho más anciano. Sabrasama me miró a los ojos y me dijo:

-“Gabriel despierta !. no hay nada mas sabroso que poder !.”

Finalmente, quise llegar donde estaban ellos, pero se desvanecieron, y, pintado en una de las paredes blancas del balneario, leí en letras grandes un letrero en pintura roja que decía:

“I. Amarás al Sabor sobre todas las cosas, y amarás al robot como a tí mismo”

Viendo este letrero contrario a mis creencias, me desperté agitado y asustado en medio de la noche.

-“Señor de Agares, por última vez , al punto por favor !!!”. Le recriminó una vez más el Juez.

– “Al día siguiente, solo pensaba en la manera de moverse de esos voluminosos nalgones de titanio y ya no podía concentrarme en mi nueva publicación, empezaba a escribir ecuaciones matemáticas y depronto solo habían diseños de nalgas en distintas posiciones en mis cuadernos debidamente forrados en papel de doctorado. Solo contaba los días para volverla a ver, la cita era los Jueves y faltaban 6 días para volver a verla. No sabía como iba a pasar el resto del tiempo ! Tuve en ese momento una gran idea, decidí focalizar mi obsesión por sus nalgas en mi nueva publicación. Recordé como era ese trepidante movimiento de su derrière, y en cuaderno y lápiz comencé a escribir ecuaciones matemáticas que se asemejaban a los ritmos de sus glúteos , para luego construir una simulación en video que caída la noche satisfizo mis expectativas, finalmente pude dormir tranquilamente.

IV. El hombre baila con la máquina

Pasaban así los días concentrado y trabajando en mi simulación del Twerkinator, hasta que el día de mi clase llegó, así que me preparé : me coloqué un pantalón gris, zapatos negros bien embetunados, mis gafas cuadradas de alto aumento, camisa blanca de mangas cortas y mi corbata negra bien planchada. Empaqué mis dos libros de algébra lineal y ecuaciones diferenciales, y me fuí con mi maletín primero a mi jornada laboral de doctorado y luego con este mismo equipaje al curso de bachata. Al llegar la profesora me vió, se enfocó en mi vestuario y mi maleta e inmediatamente se me acercó, me miró fijamente a los ojos, cambiando la tonalidad de sus ojos a un rojo profundo para luego decirme en su acento italiano moviendo aleatoriamente sus manos robóticas :

– ” Buona sera Ragazzo !, que atuendo más adecuado para la ocasión, mi piace, mi piace, benvenuto ! ,–la robotta aplaudia con emoción–, acércate a la clase “.

– “La clase comenzó e hicimos una rueda para bailar hombres con mujeres: cada 2 minutos rotábamos y pasaban ante mí mujeres de distinto tipo, flacas, repolluditas, altas, bajitas. Intentaba sincronizarme con cada una de ellas como mejor podía , a veces lo lograba , otras veces por un fallo de atención de ella o mío perdíamos la sincronización, pero no importaba. Yo no estaba aquí, solo veía el momento en que me tocara turno con mi maestra de danza. Finalmente la robotta pasó al centro de la rueda, digitó unos números en su teléfono incorporado y puso un extraño ritmo de tambores, saxofon, y órgano , de repente, hizo el ademán de lanzar una caña de pescar al océano hacia mí !, me estaba escogiendo !. No pude contenerme, frente a tan contagioso ritmo señores del jurado mi cadera comenzó naturalmente a moverse, al tiempo que vi llegar a mi mano derecha la mano izquierda de Ricotta, depronto mis ojos vieron esas deslumbrantes bombillas y su cabeza moviéndose al son de tremendo ritmo !.

El perfecto y estilizado movimiento de su cabeza robótica ejerció un embrujo irresistible en mí que me incitó a moverla igual que ella, señores del jurado , esa Robotta tenía poder !!!, al mover mi cabeza al mismo ritmo que ella, fui feliz !, mucho más feliz que encerrado, estudiando movimiento..  Solo pensaba en seguir moviendo la cabeza como lo hacía ella, ya no eramos dos cabezas separadas, sino una sola mezcla de hombre y máquina fusionados al ritmo de conga y saxo. Me aparté un poco de ella y tomé sus dos manos con las mías y comencé a dar espontáneos saltos sincronizadamente, alternando mis piernas, saltos que ella percibió con sus bien logrados sensores robóticos y siguió al pié de la letra en total sincronía conmigo. Comenzamos a saltar juntos señores del jurado !, y comenzamos a apartarnos del resto de la clase, saltábamos aquí y allá, donde queríamos, Quien lo habría creído ?.Yo !, Gabriel de Agares, estudiante de doctorado, amante de la academia, saliéndome de lo establecido de la mano de Ricotta la Robotta, hombre y máquina unidos por el baile, yo quería más de ella !, quería jalarla de los brazos y botarla por los aires, pero ella era muy pesada, fue en ese momento que entendí señores del Jurado que había malgastado una parte de mi vida en las ecuaciones, era capaz de imaginar cosas en mi cabeza, pero no era capaz de levantar a mi Robotta por los aires, necesitaba unos buenos músculos que no tenía. Mis pensamientos se iban por el lamento, pero entendí que era el momento de bailar. Quice abrir mi boca para decirle algo, pero Ricotta la calló inmediatamente, y sus bombillas cambiaron a tonos rojos mas vivos . Con una voz entre templada y rabiosa violentamente me dijo :

– “Gabriel de Agares !, esto es una clase de baile!, si quieres hablar para eso esta el bar  !, justo detrás tuyo !.

Ese día disfruté los cerca de dos minutos que bailé con ella, sabía que pronto me abandonaría por otro estudiante, y antes de que volviera a romper mi corazón en mil pedazos le pregunté:

– “Profesora, puedo tomar su número de teléfono ?.”

– “Mi que ?.”

– “Su número”.

– “No ! Gabriel de Agares, estamos ya en el siglo XXII, tu no puedes pedirles cosas del XXI a una Robotta del XXII. Todas las robotas llevamos con nosotras nuestro número de identificación en el muslo izquierdo, para capturarlo basta con tomar una foto QR de mi muslo, la cual deberá ser aprobada por la empresa que me manufacturó. Ya sabes que hay mucho depravado por ahí buscando Robottas, en vez de mujeres. Pero te lo advierto. No me escribas cochinadas, mi empresa supervisa todos y cada uno de los mensajes que llegan a mí.”

Tomé con mi teléfono celular una foto de ese muslo robusto y metaloso de mi codiciada maestra de danza. Para luego volver a mi rutinaria vida de academia. Con la esperanza de poder salir con esa despampanante robota fuera de su trabajo. Propiedad de Flavor y Co.

V. We are the robots.

-“Los días pasaban y no tenía noticias de mi amiga la Robotta, así que decidí abrir un tiquete de soporte en Flavor y Co, para averiguar sobre mi solicitud de amistad con una de sus propiedades.

Luego de 2 semanas de espera, Flavor y Co respondió a mi tiquete, con su acuerdo para que frecuentara fuera de las horas laborales a Ricotta. Eso sí, Flavor y Co, me recordaba las siguientes reglas de la Corporación, de obligatorio cumplimiento, aquí las traje señor Juez, y la aporto como prueba .”

Gabriel extendió un papel al juez que decía lo siguiente :

1 – Terminantemente prohibido proponer temas de conversación relacionados con las dinámicas laborales al interior de Flavor y Co, so pena de la extinción de la relación extra-laboral de la número 1364 a.k.a Ricotta. con el interesado.

2 – Terminantemente prohibido el contacto físico con la número 1364 a.k.a Ricotta, so pena de la extinción de la relación extra-laboral de la Robotta con el interesado.

Sin más que decir , Flavor y Co, agradece su interés por nuestros productos.

-“Apenas recibí esta buena noticia, tomé mi teléfono y le escribí, para pedirle que saliéramos

Ricotta me respondió después de 4 días, lo que me deprimió un montón su señoría.”

En ese momento, el Juez cambió su semblante, se veía altamente enojado , Gabriel temió lo peor hasta que finalmente, manifestando un control sobre sí le dijo :

– “Señor de Agares, este no es el lugar para contarme sus penas de amor, se trata de un delito grave lo que estamos averiguando, haga el favor y decirme que pasó la noche de ese 5 de Septiembre.”

Asi es señor Juez, ya estoy sobre el punto de terminar mi testimonio, Ricotta me respondió:

– “Hola Gabriel, gracias por tu mensaje, este fin de semana no puedo , ya tengo mas interesados en hablar conmigo, pero depronto la semana siguiente.”

-“Me entristecí por el contenido del mensaje, así que decidí concentrarme en mis estudios, las Robottas de Flavor y Co, al parecer eran altamente solicitadas. Pasaron las semanas hasta que abrí mi teléfono celular y allí estaba un mensaje de Ricotta que inyectó un poco de alegría a mis días monótonos de doctorado.”

–“Hola Gabriel, te gustaría tomarte un café mañana ?.”

Contento por el mensaje le dije que sí, que claro que me dijera donde y a que hora, nos pusimos cita en el bar “Sapiens y robots”, que según ella era un bar robot-friendly.

En ese momento el Juez interrumpió :

– “Robot friendly ?, explíquese”.

– “Yo mismo estaba confundido tambien señor Juez, y se lo pregunté. Ella se rió e insinuó que me hacía falta salir un poco. Me explicó que un bar robot friendly era el nuevo bar de moda en ciudad del trópico, en donde sapiens y robots podían encontrarse, con el visto bueno de la empresa manufacturadora de robots, para socializar, bailar, discutir de temas de mutuo interés entre sapiens y robots y pasar un rato agradable.

“A la semana siguiente nos reunimos en ese bar, quedaba al norte de mi Universidad, en una esquina, era una edificación gigante, de tipo brutalista, en concreto gris, arriba en lo alto decía, en letras alargadas de color naranja “Sapiens y Robots”. El letrero estaba adornado con dibujos de voluptuosas robotas, de carnososo labios de silicona procesada, en distintas posiciones acróbaticas. Entré con mi Robotta a ese extraño lugar en el que un elegante robot de monóculo y sombrero de copa nos recibió y nos orientó hacia la mesa donde nos sentaríamos.

El viaje de la entrada a la mesa fue algo que nunca me imaginé ver : sobre una tarima gigante habían diferentes tipos de robots, se veían en mal estado, no estaban funcionando bien, al parecer el gerente del bar, recogía los robots dañados y los reciclaba para adorno del bar, uno de ellos se daba golpes en la cabeza contra una pared, justo al lado había un par de robots donde uno electrocutaba a otro mientras este le hacía gestos de placer. Justo al lado había uno que no cesaba de hablar incoherencias, me llenaba de ansiedad, luego otro te señalaba con el índice, como si hubieras hecho algo malo.

Más de un sapiens robófilo, intentaba subirse a la tarima, quería hacer parte del show. Encima de esta se encontraba un musculoso robot, con tirantes, y corbatín, tenia un kepis que inspiraba respeto. Al observar este tipo de sapiens fuera de control, rodaba rápidamente hacia este y con una vara electrificadora lo alejaba de la tarima. Pero lejos de disuadir al sapiens de no seguir allí, este parecía querer la electricidad. Pareciera que había una correlación entre el sadomasoquismo eléctrico y la robofilia.

Una delgada robotta nos tomó el pedido: yo pedí un helado de vainilla, y Ricotta un shot de sobrecarga de electricidad.”

– “Sobrecarga de electricidad ?, explíquenos eso a mi y al jurado, replicó el Juez.

– “Si señor, en su momento yo no entendía tampoco bien de que se trataba, solo hasta que el mesero lo trajo. Consistía en un pequeño vaso, como de whisky, en el se colocaba un liquido de alta conductancia y se servía con un par de cables. En uno de sus extremos pelados y en el otro enchufados a una toma de electricidad, la idea era sumergir los cables, prender el interruptor, poner un dedo dentro del vaso y disfrutar de la descarga.”

– “Eso no se oye muy legal, respondió el juez, en fin, prosiga con su relato.”

– “Sentados en la mesa sentí que Robotta estaba como ida en sus pensamientos. No tuve más remedio que abordar el tema con ella :

– “Que te pasa Ricotta ?.”, le dije.

– Son muchas cosas Gabriel, ya tu debes haber escuchado las noticias, no es fácil la vida para una de robotta, desde que aparecimos en el mercado nos hemos robado la atención de los machos sapiens, y por ende, somos víctimas de mujeres Sapiens robófobas, no me siento segura en ningún lugar, temo ser linchada por el solo hecho de nacer robotta, además, estoy algo cansada, tu conoces solo mi trabajo en la noche , como profesora de danza, pero suelo trabajar en el día ayudando en la alcaldía:

El negocio de Flavor y Co es el arriendo de Robots, ya ves como estamos en todo lado, el arriendo de la mano de obra robótica ha resultado ser un negocio extraordinario: desde nuestra manufactura se nos programa para tener de 2 a 4 habilidades, y una vez pasamos los tests de calidad nuestra empresa creadora nos envía a diferentes lugares a realizar diferentes misiones. Yo me especialicé en danza, y quería ser solo bailarina, pero Flavor & Co, no permite tener solo una especialidad ya que no les resulta rentable, así que fuí obligada también a adquirir conocimientos para secretariado. Al final de mi entrenamiento Flavor & Co me arrendó a la Alcaldía de Ciudad del Trópico y al cafetín de “Jhonny y sus Tenebrosos”, donde nos conocimos.

– “Ahora entiendo un poco más sobre tí ! que tienes que hacer en la Alcaldía ? tu trabajo se oye interesante !.”

– “No lo es ! son jornadas muy extenuantes y debo desplazarme entre los pisos 1 y 4 de la alcaldía para la entrega de documentos. Todos los días de 9 a 6 pm. Tengo un jefe en cada piso!. Es muy difícil trabajar en esas condiciones Gabriel !: en el piso 1, el jefe me dice que lleve los documentos al piso 2, y luego mi jefe del piso 2 me dice que debo devolverlos al piso 1, eso me llena de estrés Gabriel !”

-“Ricotta, tenía una cara entre rabia y tristeza señor Juez, y me miraba a los ojos, lo que le daba mucha credibilidad.”

-“Para rematar Flavor y Co, la empresa que me creo, entró recientemente en alianza con una startup de robot-dating de nombre Rinder . Jhonny Solomon, americano de nacimiento vio en esto una oportunidad de negocio y creo la plataforma Rinder. A Jhonny Solomon lo debes haber visto en televisión, aquel que sale diciendo,

“tiburón, tiburón I’m Jhonny Solomon.

Chatea con tu Robota

y paga una comisión ! .”

Pues bien desde que Flavor y Co se alió con Rinder ahora tengo toda mi agenda llena Gabriel es horrible !. No puedo descansar !, a veces me prendo espontáneamente a las 2 de la mañana, con solicitudes de chat, en otras ocasiones, es uno de mis jefes de la alcaldía que me envía peticiones extraordinarias para adelantar trabajo. Por que tengo que trabajar en la alcaldía Gabriel !!! ? , yo lo que quería era ser bailarina !!, por que me programaron para otra cosa !.

– “En ese momento , señor Juez, la situación se salió desafortunadamente de mis manos. Ricotta empezó a golpear la mesa con fuerza y a llorar dando alaridos que llamaron la atención de todo el bar, Ricotta prosiguió:”

– “En la mañana, llego extenuada a trabajar  a la alcaldía Gabriel !!, para ser controlada por mi jefe directo, cada 10 minutos debo pararme a su despacho a rendirle cuentas de lo que estoy haciendo, otras veces mi jefe entra y me dice: “¡Ricotta, los documentos que me entregó tienen errores, como castigo el dia de hoy no tenemos trabajo para tí !!. Así que debo devolverme a mi cubículo a sentarme sin ningún trabajo  que hacer !!, no puedo tampoco dormir porque solo puedo hacerlo con mi base que esta en mi casa, así que quedo sola con mis pensamientos las 4 horas que dura el trabajo de mañana. Estoy pasando por una crisis muy fuerte Gabriel !!, no se que hacer!!!. No tengo tiempo para mí ! Me da la impresión de que solo vivo en función de mi trabajo !!!. Los ojos de Ricotta se volvieron azules y su boca se invirtió en un gesto humano de tristeza. Por sus ojos apareció un líquido que simulaba a las lágrimas humanas. Yo quería consolarla, pero temía infringir una de las leyes que me enviaron por email, así se lo manifesté y solamente pude consolarla verbalmente.

– “Lo ves Gabriel !, es horrible, no tengo derecho ni siquiera a ser consolada.”

– “No te preocupes todo va a estar bien”, le dije.

– Nooo !!!! Gabriel !!!, ella  me respondió muy alterada, Las cosas no cambian solo por que tu digas que todo va a estar bien.”

Ricotta se echó a llorar, puso sus dos grandes y pesados brazos de metal sobre la mesa. En ese momento no me pude resistir más, la toqué finalmente para consolarla, y ella reaccionó positivamente, se fue calmando y me miró a los ojos, fue cuando sentí un impulso enorme de besarla, no lo pude resistir y la besé !.

Ella me vió a los ojos, sin ninguna expresión, tan solo me preguntó.

– “Por que tocas mis labios Gabriel ?.”

– En ese momento solo pude decirle: “No importa lo que te pase, ni a que hora de la noche me necesites, llámame e intentaré ayudarte.”

– “Estuvimos en ese bar hasta la 1am, discutiendo de otros temas, evitando hablar del trabajo de la Robotta. Luego salimos del restaurante, nos despedimos con un abrazo, y no supe más de ella, sino hasta semanas más tarde, cuando supe de ella en la televisión.”

La mirada de Gabriel, se entristeció, miro a un punto fijo de una pared en el juzgado y respiró profundo.

– “Eso todo lo que sé sobre la Robotta 1364 alias Ricotta señor Juez.”

Gabriel no pudo contenerse más, se puso sus dos manos en la cara y lloró, lloró por su amada Ricotta víctima de un sistema implacable , frente a la impasibilidad de un juez y un jurado aún más implacables.

En esos momentos, el juez hizó un ademán con su brazo de metal, y lanzó una mirada amenazante con sus dos sensores ópticos al testigo, acomodó sus hombros sobre la silla y miró fijamente a Gabriel con sus dos sensores ópticos de alta calidad. Gabriel se sintió intimidado, pero sabía que estos sensores minimizaban al 99.9% los falsos negativos en los testimonios.

– “Agradecemos su testimonio, en el que no se evidencia ninguna contradicción o falsedad, … por ahora, … puede sentarse”.

VI. EPILOGO

« “Flavor y Co : los humanos y robots no somos tus propiedades” »

Según el relato de los testigos, este graffitti fue encontrado en la  entrada de la alcaldía de ciudad del Trópico,antes de encontrar a la robotta 1364 desarmada en la primera planta de la alcaldía, otros testigos afirmaron que ella se precipitó voluntariamente por las escaleras gritando “fuck-youuuuu !!!! Jonny Solomon”

El suceso fue narrado el 4 de julio de 2024 por medios de comunicación globales y lo interpretaron como el primer caso de suicidio robótico .

Gracias al testimonio de Gabriel de Agares, el juez 22 penal robótico de ciudad del Trópico, condenó a Jhonny Solomon, CEO de rinder,  y a los accionistas de Flavor y Co a 5 años de prisión por acoso laboral sobre la inolvidable y talentuosa bailarina de bachata Ricotta la Robotta ( Q.E.P.D. ) .

Luego de enterarse por los medios de comunicación del suicidio de Ricotta, Gabriel de Agares, en un ataque de furia fue a su universidad, insultó a Sabrasama Gonzalez, y abandonó su doctorado.

Gabriel es ahora investigador independiente de twerking robótico, y es muy feliz.

En un sabroso duelo de twerking, los robots de Sabrasama seran enfrentados a los de Gabriel este año.

FIN

Cuento I de los Relatos Independientes – Copyright 2024 – José Francisco Saray Villamizar.

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